Cronica: Campus Stellae 3-1 Zona Vella "B"

Espectadores de lujo de los dos últimos goles.

No voy a poder contar como ha sido la primera parte porque no la he visto ya que por motivos laborales no he llegado a tiempo, pero si puedo contar como se ha perdido un partido en el que nos íbamos al descanso con un 1-1.

En la primera parte, según lo que la gente me contaba, aguantamos bien, aunque el rival se dedicó a presionar y a crear muchas ocasiones de gol. Empezamos perdiendo, como ya suele ser habitual. Esta vez (una más) con un penalti en contra. Minutos después Borja empataba el partido abriendo así su particular cuenta goleadora.

No sé como estaban los ánimos en el vestuario en el descanso, porque no llegue a tiempo, pero cuando llevábamos 5 minutos de la segunda parte, Nadal me dijo que estaba contento con el equipo, y que el Campus estaba jugando muy bien. Nada más lejos de la realidad, ya que con los minutos me daba la sensación de que la gente se desinflaba y los del Campus se cansaban de llegar y llegar. En el lado opuesto estábamos nosotros, que sólo conseguíamos mandar balonazos con la esperanza de que uno de nuestros delanteros la recogiese para intentar hacer algo, encontrándose la mayoría de veces totalmente solo.

Aproximadamente en el minuto 20 en una falta en la frontal del área, Iván no consigue atrapar el balón y en vez de luchar por el rechace, todo el mundo se quedó mirando como un jugador local la metía al fondo de la red sin que nuestro portero pudiese hacer nada. Otra vez el marcador en contra, pero no pasa nada, ya hemos remontado otras veces; pero para hacerlo, hay que despertar y luchar con garra, ganas, energía... En los siguientes minutos más de lo mismo, continuas llegadas del campus, y numerosas ocasiones que dejaban en evidencia nuestra fría actitud defensiva. Digo fría porque creo que era la palabra que mejor la definía, y no solo a la actitud defensiva, sino a la actitud general; esperábamos los balones en los pases (y nos los robaban), salíamos a presionar, y si perdíamos la bola, nos quedábamos colgados, no manteníamos las marcas, etc.

El Campus se hartaba de tener ocasiones y en un balón colgado desde la banda, otro jugador local se aprovechaba de una confusión entre nuestro cancerbero y la zaga para coger el balón muerto y meter el definitivo 3-1. Otra vez más mirando como nos meten un gol. Recuerdo especialmente en esta jugada el gran espacio entre nuestra defensa y el resto del equipo, lo cual propiciaba la tranquilidad de juego que aplicaba nuestro oponente.

Creo que el equipo blanquiazul al que nos enfrentamos estaba dispuesto a dejarnos jugar, sobre todo con los espacios que dejaban en el medio campo, y que no llegamos a aprovechar para intentar crear peligro, cosa que no hicimos en toda la segunda parte. La gente bajó los brazos y nos dedicamos a correr detrás de ellos, a hacer entradas sin sentido (con las tarjetas amarillas que acarrean), a gritarnos entre nosotros; en definitiva, a salirnos del partido. Veo totalmente lógico el cabreo de Nadal al final del encuentro, porque el resultado era el merecido, y gracias de que no nos cayeronn más. No quiero reproducir sus palabras, los que estábamos allí las oímos perfectamente y cada uno en su cabeza debería analizarlas.

Este jueves seguramente tendremos que centrarnos para ver que es lo que falla, porque la actitud que yo presencié en la segunda mitad (es mi punto de vista), no es nada favorecedora, y difícilmente conseguiremos puntos si salimos así al campo. No se puede esperar un balón cuando viene un tío por detrás como una locomotora a robarnoslo; no podemos ver como se cruza un balón por el área pequeña y esperar a que nos lo metan, no podemos salirnos del partido porque un arbitro sea mejor o peor; tenemos que salir a lo nuestro, a hacer nuestro juego y a analizar el partido para adaptarnos a él, colocandonos en el campo como Dios manda, dedicandonos a hacer lo que sabemos y olvidarnos de los demás.

Tenemos unos días para pensar las cosas, o no, ayá cada uno. Os aseguro que desde la grada sentía rabia e impotencia al ver como nadie despertaba, ni siquiera a pesar de los gritos de ánimo de nuestro capitán. Hay que mirarse a la cara, y decirnos que podemos hacer mejor las cosas, que no queremos estar en esta parte de la tabla y ayudarnos unos a los otros diciendonos lo que pensamos, sea bueno o malo, porque seguro que ayuda. Ahí os quedan los comentarios para que cada uno ponga sus conclusiones o que diga si esta de acuerdo o no con lo que digo; todo esto no es más que un punto de vista, y me gustaría que vosotros pusiéseis el vuestro, los que lo vivisteis desde dentro y los que los visteis desde fuera.

En resumen, hemos despediciado la oportunidad de escalar un puesto en la tabla, y de ponernos a tiro de los siguientes; esta vez no pudo ser, pero en las siguientes no podemos fallar.

ÁNIMO.